La interpretación se caracteriza por su sencillez y eficacia, es una verdadera ventaja para garantizar traducciones precisas durante sus intercambios internacionales formales.

El intérprete se sienta con los participantes y, tras la intervención de cada orador, traduce el discurso de cada uno a otro idioma. Es aconsejable que los oradores dejen hablar al intérprete cada cinco o diez minutos.

Estas intervenciones alternas ayudan a mantener una dinámica durante la reunión, mientras el intérprete toma notas y prepara sus intervenciones. Lo que es fundamental para que el intérprete pueda tanto traducir como desarrollar las ideas del orador con claridad y fidelidad.

La interpretación consecutiva es ideal para reuniones en las que la traducción es limitada, como almuerzos de trabajo o de negocios, reuniones muy técnicas con grupos reducidos o visitas a instalaciones.